¿Quién me mandó a estudiar? Pues
sinceramente, nadie.
Todo empezó un día que me di cuenta
que el trabajo que tenía y que tanto adoraba, de repente lo odiaba y
apenas ganaba para pagar la gasolina de todo el mes.
Creedme si os digo que fue todo un
shock aceptar la realidad. Quería estudiar un carísimo curso de una
universidad de por United Kingdom (vamos de Inglaterra) para así
poder acceder a un trabajo mejor, pero como en Mallorca nos basamos
en las modas que hay en el mercado actual, los profesores no nativos,
o peor aun, profesores de inglés mallorquines, son toda una deshonra
y apenas hay un trabajo digno para ellos.
Así que allí estaba, delante de mi
novio llorando porqué mi futuro no tenía futuro, llevaba un año
trabajando muy duro, e incluso un día tuve un ataque de ansiedad y
no pude ir a trabajar.
Lo decía Steve Jobs; si no te apasiona
lo que haces, es que algo no haces bien. Fue entonces cuando tras
meditar seriamente el asunto, decidí cambiar los idiomas por los
vehículos. Y fue entonces cuando empecé el proceso de matriculación
para dos sitios: un instituto con enseñanzas de FP y la Escuela
Oficial de Idiomas de mi ciudad.
Oh que cosas que conseguí plaza en
ambos sitios y ahora escribo en medio de un mini descanso que me doy
en este puente del Pilar.
No escribo esta entrada para quejarme y
despotricar acerca de la decisión que tomé, sino todo lo contrario,
si tu te encuentras en ese momento en que no sabes si dar el paso y
cambiar radicalmente tu vida, o seguir igual, con la misma amargura
que te despierta todas las mañanas, léelo, tal vez consiga
inspirarte para hacer lo que hacen los valientes, o como diría yo:
lo que los locos hacen sin pensárselo dos veces.
No es fácil, ya que desafortunadamente
vivimos en una sociedad muy cuadriculada. Los que son buenos con las
matemáticas deben ser ingenieros, los que son simpáticos con los
niños deben estudiar magisterio y los que son unos pintamonas...
seguir pintando monas.
En mi caso estudié diseño gráfico,
más específicamente dos FP (Formación Profesional): preimpresión
en artes gráficas y diseño y producción editorial. Ah y también
el bachillerato artístico.
Apenas he logrado trabajar de ello,
solo decir que en todos estos años he logrado tener sólo una
clienta que valora y respeta mi trabajo ya que la mayoría de
proyectos antes de ella fueron despreciados y grandes pérdidas de
tiempo.
Eso me dolió muchísimo y el momento
en que decidí volver a meterme en el mundo de la automoción
(irónicamente lo intenté antes de entrar en el mundo del diseño)
fue un auténtico choque de identidades.
¿Qué soy, diseñadora gráfica o
quiero ser pintora de coches? ¿Moriré sin haber diseñado algo
importante en mi vida? ¿Alguna vez sabré pintar bien un coche?
¿Puedo fusionar ambas cosas?
Hazte todas las preguntas que necesites
hacerte, aunque sean surrealistas, no siempre encontrarás respuesta,
pero debes saber que muchísima más gente se ha encontrado en la
misma situación y han decidido dar el salto y ser otra persona, ser
polivalentes, porqué te puede gustar la repostería y hacer cupcakes
para las fiestas de tus hijos pero también puedes diseñar páginas
web con las que ganarte un sueldo.
Recuerda que puedes ser quien quieras
ser
Otro bache con el que me he encontrado
es que soy la mayor de mi clase, solo decir que el más joven tiene
solo 15 años... ¡todo un niño! Y como no, cayó el típico
comentario de: “¿Pero y a tu edad aun sigues estudiando?
¿Es que hay alguna ley donde ponga la
edad mínima y la edad máxima para estudiar? Creo yo que ampliaron
el acceso a la universidad a los 60 años... Entonces... ¿Realmente
importa la edad con la que decida continuar mis estudios? No.
Me da igual ser la mayor en mi clase, a
mi lo que realmente me importa es que como mujer, he decidido entrar
en un campo laboral donde mis demás compañeras las podré contar
con los dedos de las manos, e incluso estarán dispersas en
diferentes empresas.
Además de que cada día tengo más
claro que quiero ir a la universidad para estudiar por puro placer,
para poder ampliar mis conocimientos y no con la necesidad de
encontrar urgentemente mi primer empleo.
Conozco a personas, y seguro que si
preguntas te dirán de más gente, que decidieron ir a la universidad
tras jubilarse. ¡Me parece fantástico! El cerebro no caduca y de
repente nos volvemos idiotas, al contrario, el cerebro necesita
actividad y el iniciar un curso, desde un cursillo en tu centro de
actividades del barrio, a una FP o incluso una carrera universitaria
es el mejor enriquecimiento que le puedes dar a tus neuronas.
Así que el día que pueda costearme
por mí misma (y espero que esté en la UIB, la universidad de
Baleares) me encantaría estudiar Bellas Artes, pero por el placer de
aprender a hacer cosas que de momento no sé hacer o no me puedo
permitir bien por temas económicos o de tiempo.
Resulta agotador estudiar cuando ya
tienes una edad... más crecidita por así decirlo. Pero lo mismo
ocurre con los deportes, a la hora de hacer cálculos matemáticos
sin calculadora y aun más si eres un desastre con los números... Da
igual, yo me lo tomo como un entrenamiento, es más, este curso me he
propuesto sacar las mejores notas de mi vida, superar a la tontaca
que era cuando estudiaba bachiller, ser capaz de llevar mi casa, mis
perros, mi relación de pareja, mis gastos económicos y además los
estudios. Quiero ser la Wonder Woman que siempre predico que debemos
ser todas (ey que los hombres también podéis ser vuestro propio
Super Man ;-) ).
Así que si aun sigues con dudas acerca
si hacer ese curso donde serás el alumno más viejo, que te quitará
unas horas de tu rutina y encima será dificil... Hazlo, porqué la
vida es asumir riesgos y después disfrutar de los resultados.
¡Hazlo, no pienses más! Simplemente
hazlo.
Eva
Eva
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