lunes, 5 de enero de 2015

Mi querida monstruación Parte I (o no...)



¿Te ha pasado alguna vez eso de estar en casa, sin duchar ni peinar, tan tranquilamente, incluso comiendo un buen bol de palomitas y disfrutando como nunca... y entonces tocan al timbre?
Bien, esa es la sensación que tengo yo cada mes cuando me baja la menstruación...

Si ya de por sí tengo cambios de humor, no te puedes ni imaginar cuando estoy en “esos días”, ¡es algo terrible!
Que si ahora quiero cariño, que si ahora me enfado porqué me he tropezado con la mesita de noche (si, soy extremadamente torpe), que si ahora veo un programa de César Millán, el encantadores de perros, y me pongo como a llorar como una loca porqué veo perritos que necesitan la ayuda de este hombre... Y así durante los días que dura esta tortura.

Yo lo llamo “Monstruación” ya que a veces me siento monstruosa, pero no de verme fea y gorda (esa etapa la pasé hace tiempo), sino de lo insufrible que me pongo, ¡que hasta no me soporto yo misma!

Y para colmo... ¿No te sucede que te entran unas tremendas ganas de comer dulce o salado? Es terrible y más cuando eres pobre y no te basta el dinero para todo...

Yo propondría algo... Tener una especie de carnet que cuando nos baje la menstruación se nos tenga vetado visitar esos sitios prohibidos para así no caer en la tentación.
Por ejemplo, ir al supermercado a hacer la compra, y que haya algún sistema de seguridad en el pasillo de dulces o de salados y no te dejen entrar.
O si decides ir de compras (¡¡¡ERROR!!!) que alguien con mucha delicadeza te lleve a pasear por la ciudad o te lleve al Disney Store más cercano para achuchar todos los nuevos peluches que han salido al mercado.
Y digo error en mayúsculas y con exclamación, porqué ir de compras teniendo la menstruación es de lo peor... Yo por lo menos me hincho como un globito y me siento hinchada, así que me auto-prohibo a mí misma salir de compras, bueno, ahora ya no tanto, solo compro en ocasiones especiales tipo BBC (Bodas, Bautizos y Comuniones), ya que he llegado al punto de saber comprar prendas de vestir que me servirán para otras ocasiones (sisi, tengo el vestido llamado “el vestido de los cumpleaños” y voy con él a todas las fiestas que me invitan).

Otra auto-prohibición es ver películas de alto contenido ñoño y/o con animales como protagonistas. Es algo superior a mi, pero no puedo ver películas tipo Mensaje en una botella o El diario de Noah durante esos días... Aparte de esos programas de americanas que van como locas buscando el vestido perfecto para su boda...! Bufff... eso es un tema que trataré más adelante ya que me considero una friki de las bodas (me encantan!).

Es más, propongo como idea de negocio, refugios para mujeres con menstruaciones peligrosas, donde podamos ir a relajarnos, o bien mediante un masajito en un jacuzzi o bien destrozando cosas en una habitación insonorizada.

Imaginad, poder pasar una semana descargando esa mala hostia monstruacional y al terminar, volver tan relajada a casa. Sería maravilloso, ¿no crees?

En fin, hasta que a alguien le de por invertir en este tipo de negocios tendremos que seguir recurriendo al chocolate y a los antiinflamatorios, pero si alguna empresaria con ganas de invertir su dinero, cree en mi idea, por favor, envíame un e-mail que yo te asesoraré a muy buen precio sobre este tema!

Achuchones y besis.

Eva

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